El CB Prat arrolla a un conjunto morado que se vio sobrepasado por la defensa y el físico visitante
David Herrero|Palencia
El Chocalates Trapa Palencia llegaba al partido sabiendo que el rival que tendría en la pista no iba a ser fácil ni mucho menos. Los catalanes del CB Prat son considerados uno de los mejores equipos defensivos de la LEB Oro y, por si fuera poco, su gran forma física es un factor importante a tener en cuenta.
A falta de diez minutos para escuchar el pitido inicial, las gradas volvían a presentar una imagen excepcional. En esta ocasión los fondos destacaban sobremanera. En uno de ellos, la ya tradicional Peña Basket Morado con su «Vamos Palencia», mientras que en el lado opuesto, una marea de diferentes colores llenaba las localidades. Las camisetas naranjas, azules y amarillas diferenciaban a pequeños y mayores del C.D. Carrión, del C.D. Astudillo y del Club Baloncesto Palencia, además de los alumnos del CP Sofía Tartilan y del IES Guardo. Tras un emotivo minuto de silencio – con imágenes proyectadas en las pantallas del marcador – por el fallecimiento del delegado provincial Rufino García, estaba todo listo para empezar.
El Palencia abrió el marcador con la primera canasta, para que sucesivamente los visitantes hicieran lo propio. A los pocos segundos, Busma sacaba una falta debajo del aro dejando entrever la dureza de la defensa catalana. Dos tiros libres dentro. Y la tónica del primer cuarto sería una sucesiva anotación por parte de ambos equipos hasta que, con un gran mate y un posterior triple, los barceloneses se ponían por encima a falta de dos minutos para la conclusión del primer asalto. Los morados comenzaban a ver el potencial del equipo que tenían delante, los cuales anotaron, a falta de dos segundos, un tiro lejano que sorprendió a todos los allí presentes para desgracia local.
Con un 18-22, los del Prat con Andriuskev, más alto que una torre, marcaban la dirección que iba a llevar a partir de ahora este segundo cuarto y el resto del partido. Uno detrás de otro, sí, los triples caían como chorizos. Tanto era así que en ciertos momentos la diferencia era de 12 puntos. Gran acierto de tres, una dureza defensiva y un Chocolates arrollado podría ser un buen resumen de estos minutos que restaban para llegar al descanso (31-49).
Todo el mundo esperaba que la charla del descanso despertara a los capitalinos, pero nada más lejos de la realidad. La historia seguiría su curso, aunque no sin las sucesivas polémicas y crispaciones del público. Tras un tiempo con varios tiros libres y juego sin poco brillo, las faltas en contra de los morados se acumulaban. La explosión del pabellón vino con la falta más antideportiva que el árbitro sancionó en la misma jugada a Grimau. Los «fuera, fuera» y la posterior pitada se adueñaron del sonido ambiental mientras el exjugador palentino anotaba los cuatro tiros libres. Y es que, el público estaba muy descontento con las actuaciones arbitrales, que parecían estar sobrepasados con la situación, sin saber bien que pitar y que no. La diferencia seguía siendo elevada, aunque en este deporte no hay nada imposible. A falta de 20 segundos, el CB Prat solicitaba tiempo muerto al tiempo que el speaker local animaba a la grada con un «Vamos Palencia, sí se puede». Y por circunstancias de la vida o por culpa de ese grito, los visitantes en su posesión y sobre la bocina encestaron un tiro casi desde medio campo. «Es que todo les sale», comentaba una compañera de prensa. Un 48-64 marcaba la diferencia.
El último cuarto pareció que el Chocolates despertaba por momentos, pero los catalanes no cesaron en su acierto e intensidad. Los triples barceloneses siguieron presentes y sentenciaron las pequeñas esperanzas palentinas de remontar. La diferencia descendió en menor medida para cerrar un partido por un total de 67-76. Una demostración de buen juego por parte del CB Prat ante un Chocolates Trapa que tiene matemáticamente certificado el acceso a los play-off.
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